Un proceso de selección de personal está formado por un conjunto de fases, técnicas y metodologías aplicadas que se llevan a cabo para encontrar al candidato o candidata más adecuados para un puesto de trabajo específico y disponible dentro de una organización. Su objetivo principal es identificar a la persona que posea las habilidades, conocimientos, experiencia y aptitudes necesarias para desempeñar las funciones del puesto de manera exitosa, contribuyendo al logro de los objetivos de la empresa.
Es importante destacar que el proceso de selección debe ser objetivo, transparente y no discriminatorio, garantizando la igualdad de oportunidades para todas las personas candidatas.
Beneficios del proceso de selección para la empresa
Un proceso de selección de personal bien diseñado y ejecutado puede aportar numerosos beneficios a la empresa, tanto en el corto como en el largo plazo. Algunos de los beneficios más importantes son:
Reducción de la rotación de personal
Cuando los valores, las habilidades y la mentalidad de las personas contratadas están alineadas con los de la empresa, se consiguen equipos formados por integrantes más motivados. Esto favorece la reducción de la tasa de abandono en cortos periodos de tiempo, lo que se traduce en un ahorro significativo de costes asociados a la contratación y capacitación de nuevos empleados, además de mejorar la productividad general del equipo.
Reducción de costes
Un proceso de selección estratégico y bien diseñado permite contratar a la persona adecuada desde el primer momento. Esto reduce la necesidad de invertir en formación básica para que pueda desempeñar sus funciones correctamente, dedicando esos gastos a formaciones más específicas que favorezcan su profesionalización, contando con empleadas y empleados mejor cualificados. También se ahorran costes asociados a la reclutación y selección de nuevos candidatos al minimizar la rotación de personal.
Mejora del ambiente laboral
El ambiente laboral genera un alto impacto en el estado anímico de las personas, así como en su productividad. Es uno de los aspectos más relevantes en su día a día, sobre todo para las nuevas generaciones, por tanto, es imprescindible tenerlo en cuenta durante el proceso de selección por parte de las empresas. Contratar a personas afines a la cultura empresarial y sus valores va a generar una mayor satisfacción laboral entre las y los empleados, menor estrés y mayor compromiso laboral, lo que a su vez reduce el absentismo y mejora la imagen de la empresa y su reputación.
Atracción del talento
Una empresa que realiza un proceso de selección cuidado y estratégico se asegura de atraer a los mejores talentos del mercado, así como de mejorar la reputación de la empresa, proyectando una imagen de seriedad, respeto y compromiso hacia sus empleados.
Evaluar las habilidades creativas y la capacidad de innovación de las personas candidatas, hará más sencilla la identificación del talento para que puedan aportar nuevas ideas y soluciones a los problemas. Esto conduce a una mayor innovación en los productos, servicios y procesos de la empresa. Además, las evaluaciones aportan información valiosa que puede ayudar a la empresa a tomar mejores decisiones a la hora de contratar, promover y desarrollar a sus empleadas y empleados, lo que contribuye a la eficacia en la toma de decisiones.
Fases comunes en los procesos de selección
Existen muchos tipos de procesos de selección de diferente naturaleza que varían en función de la empresa, el puesto de trabajo y las necesidades específicas de cada caso, entre los cuales podemos identificar 10 pasos que son comunes y fundamentales para todos los procesos de selección:
Definición del puesto de trabajo
El primer paso dentro de un proceso de selección es la identificación de las necesidades de la empresa. La búsqueda de talento está directamente vinculada con la necesidad de cubrir o fortalecer algún área o proceso de negocio de una empresa, por tanto, hay que analizar el puesto de trabajo en profundidad para así determinar las tareas, responsabilidades, requisitos de formación, experiencia y competencias que necesita el o la candidata ideal, etc.
Búsqueda de personal
Una vez identificadas las necesidades, llega el turno de la búsqueda de candidatas y candidatos. La vacante se difunde a través de diversos canales para maximizar su alcance. Los portales de empleo son eficaces para llegar a una amplia audiencia de potenciales candidatos. Además, la publicación en la propia página web de la empresa y en redes sociales permite contactar tanto con personas que buscan empleo activamente como con aquellas que no están buscando de manera proactiva. Estas plataformas son especialmente útiles para puestos que requieren habilidades y experiencia específicas, ya que facilitan el contacto directo con profesionales cualificados.
Por otro lado, se puede recurrir a las ferias de empleo, una buena oportunidad para conocer a candidatas y candidatos potenciales en persona, o seguir un método más tradicional a través de la recomendación del personal de la empresa, puesto que conocen su cultura y los requisitos del puesto.
Las grandes empresas suelen tener más recursos para la realización de procesos de selección que las pequeñas empresas y es importante establecer un presupuesto antes de comenzar, ya que la búsqueda de personal puede ser un trámite costoso. Por ello, hay que tener en cuenta que existen factores que influyen a la hora de buscar candidatas y candidatos, como pueden ser la ubicación de la empresa o el tipo de puesto, porque algunos requieren habilidades y experiencia muy específicas, mientras que otros son más generales. Esto va a afectar a la sencillez o complicación del proceso de búsqueda.
Preselección
La revisión de curriculum vitae es una fase fundamental en el proceso de selección de personal que no debe limitarse a una simple verificación de requisitos mínimos. Es aquí donde los y las profesionales de recursos humanos juegan un papel crucial al realizar una preselección inicial exhaustiva, basada, por un lado, en una baremación técnica, donde se tiene en cuenta la formación académica, la experiencia profesional, las habilidades técnicas y los idiomas; y, por otro lado, la evaluación de las “soft skills”, habilidades cada vez más valoradas por las empresas, referidas a las aptitudes personales y sociales que permiten a los individuos desenvolverse de manera efectiva en el ámbito laboral, entre las que destacan: la comunicación, el trabajo en equipo, la resolución de problemas, la adaptabilidad y la actitud.
Al invertir tiempo y esfuerzo en la preselección, las empresas pueden tomar decisiones más acertadas en la contratación y aumentar las posibilidades de encontrar al talento adecuado para impulsar su crecimiento.
Prueba
Las pruebas a los diferentes perfiles son un componente esencial del proceso de selección, ya que permiten evaluar de manera objetiva y sistemática sus habilidades, conocimientos y aptitudes. Pueden variar en función del puesto específico a cubrir y sirven como herramienta fundamental para verificar si las personas poseen el perfil adecuado para desempeñar las funciones requeridas con éxito.
Existen diferentes tipos de pruebas de selección como: los tests psicométricos, las pruebas de aptitudes técnicas, las dinámicas de grupo, los casos prácticos, las entrevistas técnicas y la gamificación, esta última se ha convertido en una herramienta cada vez más popular, generando retos más atractivos, dinámicos y motivadores que aumentan la participación de las candidatas y mejoran la calidad de los datos obtenidos.
Aunque las pruebas de selección pueden añadir un paso más al proceso de contratación, a largo plazo suponen un ahorro de tiempo y recursos. Al seleccionar a los perfiles más adecuados desde el principio, se evitan las costosas consecuencias de una mala contratación, como la necesidad de volver a iniciar el proceso de búsqueda o la baja productividad del personal.
Cuando las empresas implementan un proceso de selección que incluye pruebas de selección bien diseñadas y aplicadas, pueden tomar decisiones más acertadas en la contratación y aumentar las posibilidades de encontrar al talento adecuado.
Entrevista
Las entrevistas de trabajo son una etapa fundamental dentro del proceso de selección, ya que permiten establecer un contacto directo, generalmente cara a cara, donde tanto la empresa como la persona seleccionada tienen la oportunidad de conocerse mejor y determinar si existe una buena sintonía con la cultura organizacional.
Existen diferentes tipos de entrevistas de trabajo que pueden utilizarse en función del puesto a cubrir y los objetivos específicos de la selección, pueden ser grupales o individuales, presenciales u online, técnicas o por competencias, etc.
Para que la entrevista sea un éxito, la preparación es clave, tanto para entrevistadores como para los perfiles seleccionados. Es fundamental que el o la entrevistadora conozca en detalle el perfil del puesto, la empresa y la cultura organizacional, además de preparar preguntas relevantes para la evaluación.
Por parte de la persona seleccionada, es importante que investigue sobre la empresa, el puesto y el sector en el que trabaja. Además, debe practicar sus respuestas a las preguntas más comunes que se suelen hacer en las entrevistas y preparar algunas preguntas propias para hacer a los entrevistadores.
Valoración y toma de decisiones
La valoración de candidatos y posterior toma de decisión son etapas cruciales dentro del proceso de selección, en ellas se define quién será la persona que ocupará un puesto clave dentro de la organización. Esta decisión no debe tomarse a la ligera porque implica la incorporación de un nuevo talento que tendrá un impacto significativo en el futuro de la empresa.
Para realizar una valoración completa y objetiva de los perfiles seleccionados, es fundamental considerar todos los aspectos evaluados en las diferentes fases del proceso de selección.
La toma de decisión final debe ser un proceso colaborativo y transparente que involucre a diferentes áreas de la empresa como el departamento de recursos humanos, el departamento donde se ubica el puesto vacante y, en algunos casos, la alta dirección. Es importante que todas las partes involucradas tengan la oportunidad de aportar su perspectiva y experiencia para garantizar una decisión acertada.
Una vez tomada la decisión final, es crucial comunicarlo de manera clara y profesional a todas las personas que participaron en el proceso de selección. Agradecer su interés y tiempo es fundamental, incluso si no han sido seleccionadas para el puesto. En el caso del perfil elegido, se debe proceder a la formalización de la oferta de trabajo y la incorporación a la empresa.
Contratación
La contratación marca el inicio de la relación laboral entre el candidato seleccionado y la empresa y es una de las fases finales del proceso de selección. Una vez seleccionada la persona adecuada, la empresa le ofrece el puesto de trabajo en forma verbal y por escrito. En esta oferta, se deben detallar las condiciones del trabajo: el salario, las prestaciones, el horario laboral y las responsabilidades del puesto.
El siguiente paso es la formalización del contrato de trabajo. Este documento debe contener toda la información relevante sobre la relación laboral, incluyendo las condiciones mencionadas en la oferta de trabajo, así como las obligaciones y derechos de ambas partes. Es fundamental que la persona candidata lea detenidamente el contrato y aclare cualquier duda antes de firmarlo.
Incorporación
La incorporación del nuevo perfil a la empresa es una oportunidad única para crear una experiencia positiva y duradera que impulse la motivación, el compromiso y la productividad del nuevo miembro del equipo. Como bien se dice: “la primera impresión es la que cuenta”.
En esta fase, la persona implicada se está formando una imagen de la empresa, del resto de empleados y de la cultura empresarial. Es fundamental que esta primera impresión sea positiva y acogedora para que se sienta bienvenida, valorada y parte del equipo desde el primer momento.
El proceso de incorporación debe estar diseñado para facilitar la adaptación del reciente perfil a su nuevo entorno laboral. Esto implica ofrecerle el apoyo y la orientación necesarios para que pueda familiarizarse con la empresa, sus políticas, sus procesos y sus compañeros y compañeras.
El objetivo de la incorporación es crear un ambiente de confianza en el que se sienta cómodo y seguro para preguntar, aprender y cometer errores. Es importante que la empresa le proporcione todas las facilidades necesarias para que pueda adaptarse a su nuevo entorno laboral de la mejor manera posible, por ejemplo, a través de la presentación al equipo, un momento muy significativo para fomentar la interacción y la colaboración, además, de incluir información sobre dónde comer, dónde alojarse, cómo acceder al transporte público o cómo unirse a actividades sociales organizadas por la empresa.
Formación
Dentro del proceso de selección es importante tener en cuenta el diseño de un buen programa de formación, pues va a ser clave para ayudar al nuevo perfil a adquirir las habilidades y los conocimientos necesarios para desempeñar su puesto de trabajo de manera efectiva, integrarse en la cultura organizacional y contribuir al logro de los objetivos de la empresa.
La formación específica para el puesto de trabajo debe cubrir los aspectos técnicos y prácticos relacionados con las funciones y responsabilidades del nuevo empleado. Para establecer una formación completa, hay que tener en cuenta tres aspectos importantes: en primer lugar, la capacitación en el uso de herramientas y software específicos que se utilizan en la empresa, para que la persona contratada pueda familiarizarse con ellas y realizar un rendimiento óptimo; en segundo lugar, mostrar los diferentes procedimientos y metodologías de trabajo para garantizar la calidad y la consistencia en el desempeño de sus funciones; por último, es importante que conozca las políticas y regulaciones que aplican a su puesto de trabajo y a la empresa en general.
Seguimiento
La última fase del proceso de selección es el seguimiento de los candidatos, una muy buena oportunidad para evaluar el rendimiento y la adaptación del nuevo perfil en el equipo, obtener información valiosa sobre la eficacia del proceso de selección y tomar medidas correctivas en caso necesario.
Los objetivos generales de este seguimiento son la evaluación de la persona contratada, para reconocer si está cumpliendo con las expectativas y si está desempeñando sus funciones de manera efectiva, analizando su productividad, su calidad de trabajo, su capacidad para trabajar en equipo y su iniciativa. También, identificar áreas de mejora del perfil elegido, así como la efectividad y posibles fallos en el proceso de selección. Además, ayuda a mejorar la retención de talento al identificar y abordar los problemas que puede estar experimentando el nuevo perfil, conduciendo a una mayor satisfacción laboral y a un mayor compromiso por parte de la empresa. Finalmente, es una buena oportunidad para obtener feedback sobre su experiencia tanto en el proceso de selección como en la empresa.
En definitiva, el proceso de selección de personal es una pieza fundamental dentro del engranaje de una empresa. Al dedicar tiempo y esfuerzo a esta búsqueda, las empresas pueden asegurar la incorporación de talento humano que impulse su crecimiento, optimice sus procesos y contribuya al logro de sus objetivos estratégicos.
Más allá de la simple contratación, este proceso representa una inversión a largo plazo que, cuando se realiza de manera efectiva, se traduce en una mayor productividad, un ambiente laboral más positivo y una mejor retención de talento. Es por ello que las empresas deben considerar el proceso de selección como una oportunidad para identificar y atraer a los mejores perfiles profesionales, aquellos que compartan su visión, valores y cultura organizacional, y que estén dispuestos a contribuir al éxito colectivo.
El capital humano es el activo más valioso de una empresa, invertir en su selección y desarrollo es la clave para alcanzar el crecimiento sostenible y la competitividad en un mercado cada vez más exigente.