Seguramente, en numerosas ocasiones habrás escuchado cómo algunos jefes se quejan de que sus mejores empleados abandonan la empresa. Y realmente es como para quejarse porque pocas cosas hay tan costosas y disruptivas como que el talento de una compañía se marche.
Los jefes suelen tener la costumbre de achacar sus problemas de rotación a todo lo que tienen alrededor, mientras ignoran el motivo más importante por el que los empleados con talento abandonan las empresas: los trabajadores no dejan sus trabajos, dejan a sus jefes.
Y lo peor es que esto podría evitarse fácilmente. Todo lo necesario es una nueva perspectiva y un esfuerzo por parte del jefe.
Todas las empresas tienen claro, o deberían tenerlo, que los empleados comprometidos y motivados son cruciales para su productividad y beneficio. Entonces, ¿por qué no hacen que sea así?
Según estudios de la Universidad de California, los empleados motivados son un 31% más productivos, consiguen un 37% más de ventas y son hasta tres veces más creativos que los que no están motivados.
La motivación de los empleados está estrechamente ligada con el comportamiento de su jefe. Veamos algunos de los comportamientos negativos que pueden empujar a que los empleados más talentosos abandonen una empresa:
1. Sobrecarga de trabajo. Una de las principales causas de burnout es la sobrecarga de trabajo. Para los jefes es tentador cargar de trabajo a los empleados más talentosos porque saben que lo sacarán adelante y lo sacarán bien, en tiempo y forma. Sin embargo, los empelados sienten que se les está castigando por su buen desempeño. Si aumentas la carga de trabajo de tus mejores empleados, el resto de cosas debería ir en consonancia. A más responsabilidad y más trabajo, el salario y la posición en el organigrama también deberían verse afectados.
2. Ausencia de reconocimiento. Es fácil menospreciar el valor que puede tener una palmada en la espalda. A todos nos gusta que nos reconozcan el trabajo bien hecho. Los jefes deberían preocuparse por conocer qué es aquello que hace sentir bien a los empleados y reconocer el trabajo bien hecho. El reconocimiento puede traducirse en un aumento de sueldo, en beneficios sociales, en un Cheque Regalo…
3. Despreocupación por la pasión de los trabajadores. Los trabajadores con talento con trabajadores apasionados. Aman el trabajo que hacen y para ellos su profesión es, o debería ser, una fuente de satisfacción. Por eso, es vital ofrecerles oportunidades laborales que permitan que persigan su pasión. Así, conseguirás que mejore su productividad y su satisfacción laboral. Sin embargo, los malos líderes piensan que dejar que los buenos empleados crezcan y persigan su pasión hará que la productividad baje. La gente que puede desarrollarse profesionalmente en aquello que le apasiona quintuplica su productividad.