Para que tu calidad de vida en el trabajo sea óptima, puedes adquirir ciertos compromisos concretos y fáciles de llevar a cabo que te ayudarán a encontrar el equilibrio necesario entre la vida laboral y profesional.
Sin equilibrio entre estos dos componentes, todos los trabajadores, incluidos los jefes, corren el riesgo de ser menos productivos. Este equilibrio pasa, sí o sí, por tener un horario laboral razonable. Las horas extra pueden estar justificadas en un momento puntual porque necesitas entregar un dossier urgente. Sin embargo, la urgencia no debe convertirse en una forma de trabajar habitual en la empresa.
Señalar a los colaboradores que se marchan a la hora, entraña un elevado riesgo de incitar al presentismo, es decir, estar en la oficina porque hay que estar pero sin hacer nada. Esta práctica puede suponer un elevado coste para la empresa a largo plazo a causa de la desmotivación que va a generar entre los trabajadores.
Otra forma de evitar que los miembros de tu equipo acaben desbordados es planificar los proyectos. En caso de urgencia o de dificultad a la hora de establecer prioridades entre dos tareas, le corresponde al líder decidir cuál es el proyecto prioritario, así como negociar los plazos de entrega con los clientes.
Es preciso más medios para equilibrar la vida laboral y personal de tus trabajadores/as: el derecho a la desconexión.
Los empleados no deben estar disponibles 24 horas de 24, incluidos los fines de semana y vacaciones. Tampoco los jefes. Desconectar nos permite descansar, pero también ver con perspectiva los proyectos. Lo que a priori puede parecer una pérdida de tiempo, en realidad es una manera de ganar creatividad y productividad. Descansar y desconectar nos hace enfocar nuestro trabajo con una nueva perspectiva y la mente más preparada.
El descanso es estrictamente necesario para mejorar la productividad.
Y cuando hablamos de calidad de vida en el trabajo, debemos habla, también, de la gestión del tiempo. Es necesario optimizar la gestión del tiempo, especialmente el de las reuniones y el que dedicamos a los e-mails.
Es necesario repensar el modo en el que organizamos las reuniones. En primera instancia, hay que pensar
- Un horario en el que todos los participantes estén dentro de su horario laboral. Es decir, si hay trabajadores con jornada reducida, no les obligues a asistir a una reunión a las cinco de la tarde.
- Antes de la reunión, establece un orden del día, unos objetivos y una duración. Y cúmplelos.
- Asimismo, escoge bien quién debe estar en esa reunión, mejor si el número de participantes es limitado. Convocar a reuniones a gente que no debería estar es solo una pérdida de tiempo.
- ¿Se puede solventar con una videoconferencia y evitar así perder tiempo en desplazamientos? Entonces utiliza todas las herramientas que tenemos hoy en día para optimizar el tiempo de tus empleados.
Los e-mails mal gestionados son otro enemigo habitual de la productividad.
Si quieres optimizar la gestión de tu cuenta de correo, no la dejes abierta permanentemente. Establece unas horas para consultar tus e-mails, de esta manera evitarás la multitarea y cortar trabajos que estás haciendo por atender otros que te han llegado vía e-mail.
Asimismo, no respondas inmediatamente a los mensajes y pon en copia a las personas realmente implicadas.
Por último, si quieres velar por la calidad de vida de tus trabajadores, los beneficios sociales serán uno de tus grandes aliados. Gracias a productos como Cheque Transporte, Cheque Guardería o Cheque Gourmet, no solo estarás mejorando la calidad de vida de tus empleados, sino que además estarás construyendo employer branding.