“Chief Happiness Officer”, responsable de la felicidad en el trabajo

Hoy, 20 de marzo, se celebra el Día Internacional de la Felicidad. La felicidad, ese estado de grata satisfacción espiritual y física (así la define la Real Academia Española) que todos tratamos de alcanzar.

Si bien es innegable que la felicidad es algo totalmente subjetivo, lo cierto es que las personas felices son mejores personas, también en el trabajo. Un trabajador feliz es más productivo, desempeña mejor sus tareas y es menos probable que abandone su empresa para irse a la competencia. Las compañías han comenzado a darse cuenta de la importancia de la felicidad en el trabajo y algunas ya se han puesto manos a la obra para velar por la felicidad de sus empleados. Así, ha surgido un nuevo rol en los entornos empresariales, el CHO o, lo que es lo mismo, el Chief Happiness Officer o Responsable de Felicidad.

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El Chief Happiness Officer se enmarca en el área de los Recursos Humanos pero va un paso más allá. No trata únicamente de retener el talento ofreciendo buenas condiciones a los empleados, sino que sitúa el trabajo como fuente de realización personal y su objetivo es que esta premisa se cumpla para todos y cada uno de los empleados bajo su responsabilidad.

En 1972, el rey de Bután, Jigme Singye Wangchuck, acuñó el término Felicidad Nacional Bruta (FNB), un indicador de la calidad de vida que se calcula midiendo estos 9 aspectos: el bienestar psicológico, el uso del tiempo, la vitalidad de la comunidad, la cultura, la salud, la educación, la diversidad medioambiental, el nivel de vida y el Gobierno. El jovencísimo monarca de Bután, contaba con tan solo 16 años de edad, decidió así que la filosofía de su Gobierno se basaría en hacer felices a sus súbditos. Podríamos considerar a Jigme Singye Wangchuck, IV Rey Dragón de Bután, el primer Chief Happiness Officer de la historia.

Pero, ¿qué hace exactamente el responsable de felicidad de una empresa? Estas son algunas de sus funciones:

1. Valor. Es necesario valorar a los empleados para que sientan que su esfuerzo es reconocido y, además, es necesario valorarlos no solo como trabajadores, sino como personas. No somos máquinas y muchas veces es inevitable llevar al trabajo problemas o emociones de nuestra vida privada. Las empresas que reconocen esto, que ponen en valor los esfuerzos de su equipo y que tratan a sus empleados como personas más allá de sus tareas laborales están un paso más cerca de la felicidad.

2. Escucha activa. ¿Qué necesitan los empleados para ser felices? Si no les escuchas, nunca vas a saberlo.

3. Confianza. Sí, es necesario dar la confianza a los empleados de tener la libertad de organizar su propio trabajo y adaptarlo a su estilo de vida para que exista una conciliación entre la vida laboral y la vida personal. El excesivo control y los horarios rígidos alejarán a tus empleados de la felicidad en el entorno laboral.

4. Crecimiento. Como te hemos dicho, el Chief Happiness Officer sitúa el trabajo como fuente de realización personal, por lo que una de sus principales funciones es garantizar el desarrollo de los trabajadores. Debe poner a su disposición los medios y recursos para crecer y formarse en su trabajo.

Crear un buen ambiente de trabajo, fomentar el trabajo en equipo y, por supuesto, garantizar principios básicos como son las condiciones laborales y el salario son otras de las funciones de esta nueva figura dentro de la empresa.