Una alimentación equilibrada está estrechamente ligada al bienestar y la mejora en la productividad laboral. No por estar muy ocupados debemos abandonar los hábitos alimenticios correctos y tampoco debemos saltarnos ninguna de las 5 comidas recomendadas al día. Sí, son 5 las ingestas que deberíamos realizar cada día, ¿las haces? Y si las haces, ¿son como deberían o te dejas llevar por el deseo de comer dulces o tentempiés poco saludables?
Hoy te vamos a hablar de las bondades de las oleaginosas, una excelente solución a la hora de calmar el apetito entre horas.
Pero ¿qué son las plantas oleaginosas? Son plantas de cuya semilla o fruto puede extraerse aceite. La soja, el maíz, el lino, el nogal o el almendro son algunas de las más cultivadas.
¿Cuáles son sus beneficios? Cuentan con múltiples cualidades nutricionales. Contienen gran cantidad de ácidos grasos como el omega-3, muy beneficiosos para la salud; fibra, perfecta para regular el tránsito intestinal y tienen poco azúcar. Asimismo, aportan una buena cantidad de vitamina E, un gran antioxidante.
Pero sin embargo, el gran punto fuerte de las oleaginosas reside en su aporte de calcio. De hecho, las almendras aportan más calcio asimilable por el organismo que los lácteos. Así que, en contra de ideas preconcebidas, si necesitas fortalecer tus huesos o tus dientes, es mejor que favorezcas el consumo de almendras frente al de la leche o el queso. Además, como ya hemos dicho, el calcio de estos frutos se fija mejor a los huesos que el que proviene de los lácteos.
¿Cómo consumirlas? Este tipo de frutos, como las nueces o las almendras, tienen la gran ventaja de dar una rápida impresión de saciedad. Un puñado durante la jornada laboral te permitirá saciar el apetito entre horas, además de ser un excelente complemento nutricional para tu dieta.