Acabas de comer y, lejos de sentirte satisfecho, te notas lleno y con molestias. Seguramente te resulta familiar esta incómoda sensación que puede afectar tanto a tu vida personal como a tu rendimiento laboral. Pero ¿cuál es la causa de este malestar? ¿Aparece sólo tras comidas copiosas o una alimentación deficiente? A continuación te desvelamos más datos sobre las digestiones pesadas y cómo evitarlas.
Los cuatro errores que pueden perjudicar tu digestión
Introducir pequeñas modificaciones en tus hábitos de alimentación te ayudará a reducir las molestias derivadas de la digestión así como a mejorar el proceso en general. Tan fácil como cuidar no solo lo que comes sino cómo lo haces.
Estos son los errores más frecuentes que pueden perjudicar el buen funcionamiento del sistema digestivo.
- Saltarte alguna comida: desayunas poco, picas entre comidas, apenas comes y devoras al llegar la cena. El organismo digiere mejor los alimentos en pequeñas cantidades. Respetando las tres comidas principales, e incluyendo dos tentempiés a media mañana y media tarde, tu cuerpo recibirá todos los nutrientes que necesitas sin ansiedad ni pasar hambre.
- Comer en diez minutos: por mucha prisa que tengas, tragar sin masticar correctamente los alimentos en ningún modo beneficia a tu salud. Además, si te sientes estresado puedes tender a comer compulsivamente con lo que prácticamente te aseguras las desagradables molestias digestivas.
- Compensar en la cena la mala alimentación: la falta de tiempo es a menudo la excusa perfecta para que muchas veces descuidemos nuestra alimentación al mediodía e intentemos compensarlo por la noche. Así, solemos elegir cenas copiosas que pueden resultar indigestas. Por si aún no lo conoces, gourmet a domicilio es la manera más cómoda de comer en casa y en la oficina, evitándote la continua preocupación de pensar qué vas a comer o hacerlo de cualquier manera (¡y ahorrándote un tiempo precioso!)
- Acostarte después de cenar: por muy cansado que estés, no es aconsejable irte a dormir sin dejar reposar la cena. Realizar alguna actividad relajada, pasear o leer te ayudan a ir despidiendo el día a la vez que favorecen la digestión, reduciendo el riesgo de sufrir acidez de estómago.
Buenos hábitos a tener en cuenta
Beber un vaso de agua templada con limón recién exprimido es una buena manera de empezar el día. Con este sencillo gesto te mantienes hidratado, recibes vitamina C, estimulas el aparato digestivo y eliminas toxinas.
En cuanto a la alimentación, una dieta variada a base de frutas y verduras frescas, legumbres, carne y pescado es la mejor manera de cuidar tu organismo. En este sentido, los vegetales de hoja verde, que puedes aliñar con vinagre de manzana, contienen enzimas que estimulan la producción natural de ácido clorhídrico así como la digestión de las proteínas.
Por otro lado, además de ser popular por su efecto saciante, el consumo regular de fibra favorece el tránsito intestinal. La encontrarás
- Frutas: manzanas, peras, melocotones, ciruelas, higos.
- Verduras: zanahorias, acelga, brócoli, alcachofas, lechuga, espárragos, champiñones.
- Legumbres: lentejas, garbanzos y habas.
- Semillas: girasol, lino, chía.
- Frutos secos: almendras, pistachos.
- Cereales: arroz, trigo.
Para que la ingesta de fibra sea realmente efectiva, es importante beber la suficiente cantidad de agua para evitar provocar el efecto contrario. De hecho, el agua cumple un papel relevante en el proceso digestivo.
Probióticos y prebióticos
Existen una serie de bacterias beneficiosas en el intestino necesarias para su correcto funcionamiento. Para cuidarlas convenientemente es aconsejable ingerir elementos probióticos y prebióticos.
En el primer grupo encontramos alimentos fermentados como los yogures o el kéfir, grandes aliados del proceso digestivo. Por su parte, en el segundo estarían el puerro, la cebolla, el ajo y el espárrago.
Sabor y algo más
Además de por el sabor y el aroma que proporcionan a la comida, las especias y las hierbas aromáticas están muy valoradas desde la antigüedad por sus propiedades para favorecer la digestión. El jengibre, la menta, el hinojo o la cúrcuma son algunas de las posibilidades a tu alcance. Algunas de ellas también están deliciosas en infusión, muy recomendables después de las comidas.
Para moverte por dentro, muévete por fuera
El sedentarismo es uno de los grandes enemigos de un estilo de vida saludable. Está más que demostrado que la actividad física tiene muchos beneficios para la salud. Recientemente se han realizado estudios que también demuestran la cantidad de ventajas que se pueden obtener con tan solo reducir el sedentarismo en nuestra rutina diaria.
Realizar actividad física casi todos los días de la semana y reducir el tiempo de sedentarismo son los dos aspectos en los que debemos centrarnos para obtener así beneficios para nuestra salud tanto a corto como a largo plazo.
Teniendo en cuenta que las semanas de confinamiento nos han pasado factura en muchos sentidos, es importante adoptar nuevos hábitos saludables. En este sentido, el ejercicio beneficia las bacterias buenas de tu intestino, mientras que la inactividad siempre se ha asociado a problemas como el estreñimiento y otros problemas digestivos. Caminar a buen ritmo, montar en bici, zumba, pilates y yoga, son algunas de las propuestas para ayudar a activar el movimiento del intestino.
Apostando por tu bienestar
Para disfrutar de un buen estado de salud no sólo es importante comer bien sino favorecer el proceso digestivo gracias al cual nuestro organismo aprovecha los nutrientes necesarios para su funcionamiento a la vez que elimina aquellas sustancias que no le sirven.
Además de una posible deficiencia en la alimentación, otros factores como la preocupación por la evolución del coronavirus, la incertidumbre por el comienzo del curso escolar o el estrés pueden influir en la alteración de la digestión. De hecho, pueden facilitar la aparición de otras dolencias como estreñimiento o síndrome del intestino irritable.
Está en tu mano asegurarte de poner los medios necesarios para mejorar tu estilo de vida y cuidar tu salud. Alimentación, ejercicio, descanso y evitar el estrés son tus mejores aliados. ¡Empieza hoy mismo!