La preocupación por la pandemia y la incertidumbre ante cómo se desarrollarán las jornadas escolares de nuestros hijos son las grandes protagonistas de la vuelta al cole de este 2020 tan atípico.
Al igual que hicimos al principio del confinamiento con el lavado de manos, tenemos que explicarles y enseñarles a cumplir el protocolo que marque cada centro educativo. Por supuesto, hay que predicar con el ejemplo, con lo que haremos lo mismo al dejarlos y recogerlos.
Además, nuestra labor como padres es transmitirles tranquilidad y mantener viva esa ilusión por el nuevo curso.
¿Cómo se han preparado las escuelas infantiles?
Tanto las escuelas infantiles como los colegios se han preparado a conciencia durante las últimas semanas. Aunque hay variaciones según centros y comunidades autónomas todos comparten el mismo objetivo: la intención de garantizar la salud de profesores y alumnos frente al coronavirus. En el caso de las escuelas infantiles estas son las medidas más generalizadas:
- Realización de pruebas PCR al profesorado, dirección y todo el personal.
- Entrada y salida escalonada.
- Toma de temperatura al entrar.
- Cambiarse de zapatos.
- Creación de grupos de convivencia estable.
- No llevar juguetes de casa.
- Lavado de manos frecuente.
- Ventilar las clases.
- Limpieza de baños varias veces al día.
Pese a las circunstancias, además de explicarles las medidas preventivas teniendo en cuenta su edad, nuestra responsabilidad como padres es transmitirles tranquilidad y, sobre todo, mantener su ilusión por esa nueva etapa.
Los protagonistas indiscutibles
Como cada mes de septiembre, los protagonistas siguen siendo sin duda los más pequeños. Aquellos que se inician por primera vez en la escuela infantil contemplan con curiosidad e ilusión su primer día.
El comienzo de la vida escolar es un hecho relevante tanto en la vida del niño como en la de sus padres. De hecho, los primeros días pueden resultar igual de difíciles para ambas partes.
Aunque hay que tener en cuenta que cada niño tiene su propio ritmo, a continuación te proponemos algunas ideas que pueden facilitar su adaptación, especialmente en este año tan peculiar.
- Muéstrale el cole como una gran oportunidad. Por supuesto, evita que oiga lo preocupado que estás ante la posibilidad de un rebrote en el centro escolar.
- Léele cuentos o ved dibujos animados sobre niños en las mismas circunstancias que él. Es importante que le quede claro que después de la escuela volverá a casa con su familia.
- Ilusiónale pero sin presión: a modo de toma de contacto puedes hablarle sobre las actividades que va a hacer, todo lo que va a aprender y los nuevos compañeros que va a conocer (que están en las mismas circunstancias que él). Prepararle para esta nueva etapa no significa presionarle para que disfrute de algo que aún no conoce, se trata más bien de ilusionarle, por ejemplo preparando con él la mochila.
- Ayúdale con el nuevo horario: entre la primavera de confinamiento y las vacaciones de verano, nos hemos ido relajando con los horarios. Lo ideal sería ir adaptándonos paulatinamente a los que tendrá cuando vaya al cole.
¿Y los padres?
Empezar la escuela infantil también requiere una adaptación por parte de los padres. Es recomendable prepararse emocionalmente para este momento y poder transmitirle al niño confianza y seguridad. Respetar el periodo de adaptación fijado por los centros educativos ayudará a realizar más suavemente este proceso.
Es cierto que, sobre todo si es la primera vez que te enfrentas a ello, los primeros días pueden ser algo complicados. Pero tranquilo, por lo general sufrimos más los padres que los niños. Con el tiempo todo se calma y el momento de dejarle se convertirá en algo normal y cotidiano.
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Los primeros días
El niño que va a la escuela por primera vez no sabe de qué va todo este tema. En este sentido, los que tienen hermanos mayores cuentan con gran ventaja ya que les explican de primera mano qué esperar y, lo más importante, la mayoría ya conoce las instalaciones con lo que no empiezan desde cero.
Pero incluso con esto, todos los niños tienen temores lógicos y normales. Insistir en la idea de que a la salida estaréis en la puerta esperándole le ayudará a combatir sus miedos y estar más tranquilo.
Durante los primeros días, cuando le dejemos procuraremos acompañarle hasta la puerta. Dentro de lo posible, y siempre respetando las medidas preventivas frente al coronavirus, trataremos de llegar los primeros a fin de que no se sienta tan observado como si llegara el último.
Los expertos coinciden en que lo más importante es que nunca nos marchemos sin despedirnos del niño. Hay que darle cierta relevancia a ese momento convirtiéndolo en una especie de ritual. Eso sí, la despedida debe ser cariñosa y breve. Para él es importante vernos contentos y confiados.
Por supuesto, nunca hay que prometerle algo que no podamos cumplir. Si le decimos ‘ahora vuelvo’ y no lo hacemos, se sentirá engañado.
¿Y si llora?
Una situación habitual es que durante los primeros días el niño llore al marcharnos. No hay que darle más importancia de la que tiene, pero es comprensible entender que nos entren ganas de salir corriendo con él alejándonos de allí. Si empieza a llorar y gritar, nos despediremos rápidamente de él sin dramatismos, dejándole al cuidado de la persona encargada.
A la hora de recogerle
Cuando vayas a recogerle hazlo siempre con puntualidad respetando el protocolo del centro. Prepara tu mejor sonrisa y recíbelo con los brazos abiertos. No tengas prisa en hablar con la profesora u otros padres: el protagonista es él.
Pregúntale qué tal el día y cuéntale tú también sobre el tuyo y, sobre todo, remarca lo orgulloso que estás de él. ¡Feliz vuelta al cole!