Uno de los gestos más repetidos a diario en todas las casas es abrir las ventanas, a menudo incluso antes de vestirnos o desayunar.
La sensación de sustituir el aire enviciado por aire puro y limpio es una excelente manera de empezar el día con energía renovada. Pero ¿es tan saludable mantener esa costumbre en los meses de invierno?
Contra alergias y resfriados
Además del cambio de hora y cierta sensación de fatiga, el otoño trae consigo un incremento de alergias y resfriados. Si bien es cierto que no puede hacerse mucho por combatirlas en la calle, sí puedes poner medidas para reducir su incidencia en el interior de las viviendas.
La humedad, el polvo y la falta de limpieza son un magnífico caldo de cultivo para gérmenes y alérgenos, por lo tanto habrá que tomar medidas para mantener un hogar saludable. Eliminar el polvo para acabar con los ácaros, seguir unas rutinas de orden y limpieza, preservar la calidad del aire, pasar el aspirador o limpiar con vapor, son sencillos gestos que ayudarán a acabar con esos molestos organismos microscópicos.
Mantener la humedad a raya
Con el descenso de las temperaturas comienza la temporada de la calefacción. Es entonces cuando procuramos aislarnos del exterior y del frío manteniendo ventanas y puertas cerradas, y, por lo tanto dejando, fuera el aire fresco. Si bien es una forma de ahorrar energía y dinero, no renovar el aire e impedir la eliminación del exceso de humedad puede llegar a provocar problemas de salud.
Otras de las casuísticas asociadas a la falta de ventilación son los problemas de condensación dentro de la casa con la consiguiente aparición de moho y la acumulación de toxinas. Respirar en esas condiciones durante un período prolongado puede provocar cansancio, somnolencia, malestar, dolores de cabeza, mareos, náuseas, e incluso irritación en ojos, nariz y garganta.
En tiempos de coronavirus
Se ha demostrado que el riesgo de contagio del Covid-19 por vía aérea en el interior de los edificios es más elevado cuando existe poca ventilación. Este es uno de los motivos por el que es necesario que el aporte de aire exterior sea siempre el máximo que permita el sistema que atienda el edificio.
De ahí se extraen dos conclusiones. La primera, que en los edificios sin sistema de ventilación mecánica se debe llevar a cabo una ventilación natural, abriendo puertas y ventanas el mayor tiempo posible.
Y la segunda, que durante la actual emergencia sanitaria se debe priorizar la ventilación con aire exterior sobre el confort y la eficiencia energética.
¿Y en el trabajo no presencial?
Durante los últimos meses ha quedado patente que, junto con la mascarilla y el gel hidroalcohólico, la ventilación de espacios cerrados se ha convertido en uno de los rituales antiCovid, incluso aunque trabajes a distancia sin relacionarte con tus compañeros.
¿Es necesario mantener las ventanas siempre abiertas? Dado el espacio del que se trata, en principio bastarán de 5 a 10 minutos. Por su parte, los expertos apuntan a que es recomendable hacerlo con la puerta cerrada. La razón para ello es evitar que se cree una corriente que pueda diseminar el virus por cualquier rincón de la casa.
Bienvenido, aire fresco
¿Basta con hacerlo una vez al día? Además de hacerlo a primera hora, no está de más abrir las ventanas del salón o tu zona de trabajo a la hora de comer. Si has estado mucho tiempo trabajando, la estancia agradecerá un cambio de aire. Encarar la tarde con aire limpio y fresco es una buena manera de luchar contra la somnolencia de sobremesa.
Respondiendo a la pregunta que planteábamos en la introducción del artículo sobre la idoneidad de ventilar en invierno, la respuesta es un rotundo sí. Airear cada habitación de la casa es imprescindible, tanto en dependencias especialmente señaladas como dormitorios y salón como en aquellas menos transitadas.
Trabajar desde casa tiene ventajas e inconvenientes. Uno de ellos es la sensación de aislamiento con lo que abrir las ventanas, aunque sea brevemente, tendrá un efecto inmediato muy positivo sobre tu estado de ánimo.
Consejos para una ventilación correcta
Por si hubieran quedado dudas por resolver, a continuación compartimos varios consejos que contemplan distintas situaciones posibles.
- La ventilación natural es el mejor sistema para renovar el aire. Ventila diariamente todas las estancias independientemente de la estación del año.
- Si han estado otras personas, deja abiertas las ventanas al menos 15 minutos antes de entrar.
- No es recomendable el uso de ventiladores ya que no renuevan el aire interior y además contribuyen a remover y dispersar los aerosoles que pueden contener el virus, tanto dentro de la propia sala como a otras estancias cercanas. No obstante, si fuera necesario su uso, habría que renovar el aire del espacio abriendo las ventanas.
- Se debe priorizar la ventilación con aire exterior sobre el confort y la eficiencia energética.
- Evitar las corrientes de aire si no hay aporte de aire del exterior cuando haya personas en el interior.
- En caso de que los aseos de oficinas u otras instalaciones cuenten con algún sistema de extracción, se deberá mantener funcionando permanentemente. Asimismo se recomienda que los inodoros se descarguen con la tapa cerrada, ya que la descarga del agua puede generar aerosoles susceptibles de contener virus.