El 2020 está a punto de agotarse y es un buen momento para analizar cuáles van a ser las competencias más demandadas por las empresas en el próximo año. Según el estudio “Soft skills 4 talent”, realizado por ManpowerGroup, la resolución de problemas será la competencia social más valorada para el 69% de los responsables de recursos humanos encuestados, seguida por la orientación a objetivos (58%) y la colaboración (57%).
La capacidad para resolver problemas se puede definir como la eficacia y agilidad a la hora de encontrar soluciones a los problemas surgidos. Aquellas personas con alta capacidad para la resolución de problemas son capaces de actuar de forma proactiva, sin perder el tiempo, y encontrando las soluciones más apropiadas para cada caso, pensando siempre en las repercusiones que estas puedan tener a largo plazo.
Los empleados con esta capacidad son muy valiosos para la empresas, por eso, hay que cuidar a estos empleados para que puedan sentirse lo más cómodos dentro de la empresa. Para ello, una buena recomendación pueden ser los beneficios de las retribuciones flexibles para los empleados, que tienen multitud de ventajas para el trabajador.
Pasos para resolver un problema
1. Identificar el problema
Es el primer escalón para poder solucionar un hecho que podría ir mejor, siendo más eficiente o más rentable. Es imprescindible que se detecte y se especifique exactamente para que el proceso salga de la mejor forma posible.
2. Describir el problema
Tenemos que tener claro cuál es la situación actual, es decir, de dónde partimos y qué es lo que queremos conseguir. Además en este paso será necesario recopilar información de calidad, veraz y actualizada para poder describirlo correctamente. Hoy en día existen técnicas que nos ayudan a hacerlo como, análisis de datos a través de plataformas como Google Analytics, intercambio de ideas entre los empleados y análisis de campo de fuerza o de la palabra clave.
3. Buscar todas las posibles soluciones
Su objetivo es completar una lista de alternativas concebibles. Lo que se busca son estrategias que se dirijan hacia la causa original. Un ejercicio para detectar posible correcciones es el método de los 5 porqués:
Se parte de un problema y se van identificando diferentes causas del problema haciéndonos la pregunta: «¿Por qué?». Cuando ya no podemos seguir contestando es que se habrá llegado a una posible causa raíz del problema y se podrá darle una solución.
4. Valorar las consecuencias tanto positivas como negativas de cada una de las posibles soluciones
Ahora habrá que ir seleccionando y mirando al detalle todas esas posibles soluciones, sopesando cada detalle, los pros los contras, el tiempo de resolución, si tenemos los recursos necesarios… Habrá que ser muy objetivos y realistas, además se deberá llegar a un acuerdo común entre todos los que están trabajando en el proceso de resolución.
5. Elegir la que más se adapte y sea más conveniente
Después de sopesar todas las opciones llega el momento de elegir entre todas ellas pero ahora habrá que llevarla a la acción, al fin y al cabo es la parte más importante. Sería conveniente realizar un plan de acción, con fechas, procesos, objetivos, seguimiento etc. La organización y planificación las tareas que se van a llevar a cabo también es imprescindible en este punto.
6. Implantarla
Parece algo sencillo pero, sin embargo, no todas las personas tienen la capacidad de reacción que ciertos problemas dentro de una empresa pueden exigir y, por eso, esta competencia es tan valorada por los responsables de recursos humanos, por encima incluso de la orientación a objetivos o el trabajo en equipo. Algunas de las competencias estrechamente ligadas a la resolución de problemas son a creatividad, la toma de decisiones, la flexibilidad o el trabajo en equipo.
¿Se puede entrenar esta competencia? ¿Podemos mejorar nuestra capacidad de resolver problemas? Pues, como casi todo, sí. Veamos cómo:
1. Lo importante es la solución, no el problema.
Está demostrado que el cerebro no puede encontrar soluciones si está centrado en el problema, pues de este modo solo estarás consiguiendo alimentar la negatividad. Las emociones negativas se activarán y bloquearán todas las posibles soluciones. Busca las respuestas, no los responsables o la causa del problema.
2. Mantén tu mente abierta.
No deseches ninguna de las ideas que se te pasen por la cabeza, aunque puedan parecer ridículas. Impulsa el pensamiento creativo y así llegarás a otras posibles soluciones.
3. Simplifica.
Sí, haz las cosas sencillas. No te compliques. En la sencillez muchas veces está la solución.
¿Estás listo para entrenar una de las capacidades más demandadas el próximo año?