Lo que un buen libro puede hacer por tu cerebro y empatía

Los libros pueden volvernos personas más inteligentes e informada, pero uno de los beneficios más poderosos de la lectura es que, si la practicamos de forma regular, puede mejorar nuestra empatía. A través de las palabras nos transportamos a otras perspectivas; miramos a través de los ojos de los personajes y entendemos sus sufrimientos y sus preocupaciones.

La lectura puede ayudarnos a hacer nuestra vida personal más agradable, pero también contribuye a mejorar nuestra vida profesional. Entender a nuestros clientes y colaboradores nos ayudará a ser más productivos y creativos.

¿Pero cómo nos ayuda exactamente la lectura a mejorar nuestro desempeño en el trabajo?

Recientemente, Maryanne Wolf, directora del Centro de Lectura e Investigación del Lenguaje y profesora del Departamento de Estudio del Niño y Desarrollo Humano Eliot- empatia en la oficina Pearson de la Universidad Tufts, ha explicado para el portal Lit Hub qué es lo que la inmersión en un buen libro provoca en nuestro cerebro.

El artículo comienza con un batiburrillo de frases que reflejan lo realmente absorbente que una buena lectura puede llegar a ser. Asimismo, descubrimos que Maquiavelo se disfrazaba como los personajes de los libros que estaba leyendo y mantenía conversaciones imaginarias con ellos. Sin duda, Maquiavelo llevaba la empatía con los personajes literarios al extremo, sin embargo, y sin ir tan lejos como el autor italiano, hacer una inmersión profunda en un libro y empatizar con sus personajes nos ayudará a mejorar nuestra empatía en nuestro día a día.

Ver las cosas desde la perspectiva del otro, ponernos en sus zapatos y entender su manera de ver las cosas. La empatía es una de esas soft skills tan necesarias para mejorar nuestra capacidad de trabajar en equipo y, por lo tanto, nuestra productividad.

¿Cómo funciona nuestro cerebro cuando estamos inmersos en la lectura?

Al sumergirnos en las páginas de un libro, no solo trabajan las áreas de nuestro cerebro encargadas de procesar el lenguaje, sino que las acciones y sentimientos de los personajes se reflejan en nuestro cerebro. Imagina que el protagonista de tu lectura está nadando. En ese instante se activan las mismas secciones de tu cerebro que se activarían si fueras tú la persona que nada en la piscina.

Es decir, experimentamos las mismas sensaciones que los personajes. No solo nos limitamos a entender un libro, sino que a nivel neurológico también lo vivimos. La lectura es un ejercicio increíble para practicar la empatía.