La vuelta de las vacaciones y el inicio del curso escolar marcan el comienzo del mes de septiembre. Los días van acortándose, bajan las temperaturas y es probable que te notes algo más cansado, incluso con el ánimo más bajo.
Aunque técnicamente aún estemos en verano, el cuerpo va notando esos cambios y necesita aclimatarse a la nueva estación que está a punto de llegar. Lee con atención los siguientes consejos y podrás prepararte para el otoño sin apenas darte cuenta, pero influyendo positivamente y de manera directa en tu bienestar.
1. Cuida tu sistema inmunitario
El cambio de verano a otoño conlleva un periodo de adaptación en el que puede debilitarse el sistema inmunitario. Una dieta equilibrada es la base para fortalecerlo y proteger al organismo de infecciones y, sobre todo, reducir el riesgo de resfriados. La principal razón de que sean tan habituales en esta época es el brusco cambio de temperaturas que termina por pasar factura al cuerpo.
La práctica de una actividad física moderada (al menos 20 minutos diarios) es uno de las claves para mejorar tu circulación y aliviar el estrés. Por si quedara alguna duda, dormir bien en los cambios de temporada es tan importante como te imaginas. Robarle horas al sueño y descansar menos de lo necesario afecta negativamente al funcionamiento de las células.
Aunque lograrlo no siempre dependa de ti, existen una serie de hábitos que te ayudarán a mejorar la calidad de tu sueño: adquirir una rutina a la hora de dormir, elegir el colchón adecuado, haber ventilado la habitación y prescindir de móviles y otros dispositivos electrónicos (al menos una hora antes de acostarte) son algunos de ellos.
2. Adapta tu vestuario
En las estaciones de transición como son la primavera y el otoño es más complicado acertar a la hora de elegir la ropa del día a día. Esto se debe a la inestabilidad y constante variación de las temperaturas. Por eso se recomienda vestir por capas, para poder quitar o poner ropa según esas oscilaciones.
La garganta es uno de los puntos débiles durante esta época. Protegerla bien con un pañuelo, sobre todo a primera y última hora del día, es uno de los remedios más eficaces para prevenir molestias y dolores en esa zona.
Parte del calor del cuerpo se pierde por los pies, con lo que deberás valorar si ya ha llegado la hora de guardar las sandalias y sacar de nuevo el calzado cerrado.
Cuando hagas ejercicio al aire libre también deberás tener en cuenta estas pautas. Lleva siempre contigo una prenda para evitar enfriarte al finalizar la actividad.
3. La maldición del cambio de hora
Uno de los hitos que marca el otoño, y ante el que muchos comienzan a temblar al pensar en él, es el cambio de hora que tiene lugar el último domingo de octubre.
Son muchas las personas que notan sus efectos, aunque puede variar la intensidad con que cada una lo percibe. Decaimiento, fatiga, apatía, falta de apetito, problemas de concentración e irritabilidad pueden ser algunas de sus poco apetecibles consecuencias.
Aceptar estas sensaciones en vez de intentar luchar en vano hará que el propio cuerpo se regule ante ellas. En caso de no notar mejoría en unos días, consulta a tu médico. Él será el responsable de valorar tu estado general y prescribirte algún aporte vitamínico extra en caso de necesitarlo.
4. Revisa tu alimentación
La llegada del otoño supone un nuevo cambio de hora y esa característica inestabilidad climatológica marcada por la lluvia, el viento y la bajada progresiva de las temperaturas.
Pero no todo va a tener un lado negativo. El otoño nos regala muchos alimentos que aportan gran variedad de nutrientes. Las setas, las legumbres y los frutos secos son algunos de ellos.
Comer de cuchara
- En esta época apetece disfrutar de comidas calientes y reconfortantes que contribuyen a fortalecer al organismo para afrontar todos esos cambios. Salir a comer tras una intensa mañana de trabajo y disfrutar de un tradicional guiso, es una fantástica manera de reponer fuerzas.
- La mayoría de los restaurantes adaptan sus cartas a la estación y ofrecen platos calientes de cuchara, ideales para templar el cuerpo. Sopa o legumbres acompañadas de verduras y una buena ración de proteínas te van a ayudar a afrontar el resto de la jornada con otro talante.
- Quizá desconozcas que las especias también juegan un papel importante. Además de ser capaces de transformar un simple plato aportando textura y sabor te ayudan a mantenerte caliente por dentro. Nuez moscada, clavo, pimienta, comino, curry, jengibre, cardamomo o canela, entre otras, te ayudarán a mantener fuerte el sistema digestivo.
Frutas y verduras de temporada
- Las vitaminas y minerales de las frutas son indispensables para llevar una dieta equilibrada y disfrutar de un otoño saludable. Consumirlas de temporada te asegura que se encuentran en su momento óptimo. La OCU ha elaborado un calendario para que puedas consultar siempre que lo necesites las propias de cada estación.
- Entre las frutas más populares del otoño destaca la manzana. Su versatilidad la convierte en ingrediente de zumos, ensaladas, salsas, guisos, compotas y pasteles. Con ella también se elaboran productos como la sidra o el vinagre.
- Junto con la calabaza, inevitablemente asociada a Halloween, el caqui, la chirimoya, la pera, la naranja, la mandarina, la frambuesa, la granada y las uvas son otras de las frutas típicas del otoño.
- Por su parte, ante una posible falta de energía los frutos secos como la castaña o la nuez son una fantástica opción a tener en cuenta como tentempié saludable de media mañana. Además de reactivarte son especialmente conocidos por su aporte en grasas cardiosaludables
Decir adiós al verano con su sol y sus largos días para enfrentarte de golpe a días cortos y temperaturas muy variables puede afectarte tanto física o emocionalmente. Llevar una alimentación saludable, descansar y ser flexible con las emociones propias de estas fechas te ayudará a encarar positivamente este otoño. Déjate llevar y disfrútalo.