Cada estación del año tiene unas peculiaridades que la hacen especial. Para disfrutar de esta época sin sobresaltos, es importante considerar una serie de recomendaciones para mitigar las consecuencias de las altas temperaturas en el organismo.
Mantenerse bien hidratado, utilizar un protector solar adecuado, evitar hacer deporte en las horas centrales del día y extremar la higiene en la preparación y consumo de los alimentos son algunos de los consejos que te ayudarán a disfrutar de un verano saludable.
La alimentación va a tener un papel fundamental. Tanto si trabajas presencialmente como si teletrabajas, encontrarás lo que necesitas en Gourmet a domicilio, porque nunca fue tan cómodo como en la oficina o en casa.
Ensaladas, imprescindibles
Si bien es cierto que su consumo está indicado para todo el año, el plato estrella de la cocina veraniega son, sin duda, las ensaladas. Gracias a sus propiedades antioxidantes y su alto contenido en agua, los vegetales crudos contribuyen tanto a tu hidratación como al bienestar de tu sistema inmunitario.
Su versatilidad permite combinar los distintos grupos de alimentos de los que resultan platos variados repletos de colores y mucho sabor. Las ensaladas saludables suelen coincidir en una serie de premisas como son contener verdura y fruta fresca, aportar proteínas y algunos carbohidratos crujientes para dar textura.
El calor dilata los vasos sanguíneos y por eso la circulación se resiente en verano. El tomate, gran protagonista de las ensaladas (y muy rico en licopeno y betacarotenos), mantendrá saludable tu sistema cardiovascular mientras te protege de la radiación solar.
Pescado azul, proteínas a raudales
El atún, las sardinas, el salmón, la anchoa y los arenques son algunas de las clases de pescado azul más consumidas en verano. Elegir este tipo de pescado como principal suministro de proteínas es un acierto puesto que puedes tomarlo en frío. Las ensaladas y las tostas son algunas de las maneras más tradicionales de presentarlo en verano.
Las grasas saludables que contiene cumplen un relevante papel en el desarrollo del sentido de la vista. Además este tipo de pescados aporta muchas vitaminas, gran cantidad de omega-3, hierro, zinc y yodo.
En concreto, el atún aporta vitaminas A, B3 B6 y otros minerales como son potasio y fósforo. Las sardinas, además de contar con las propiedades mencionadas, tienen el plus de poder degustarse a la plancha, siendo una de las formas menos calóricas de hacerlo.
Fruta, vitaminas y sabor
La sandía, la fruta más popular del verano es tan rica en agua que licuándola puedes convertirla en un refresco natural totalmente saludable. Además, también puede presumir de proporcionar vitamina C y B5, betacarotenos, ácido fólico y minerales como fósforo, potasio, magnesio y calcio.
Aparte de estar riquísimo tanto en crema fría como con una buena ración de jamón serrano, el melón contiene provitamina A beneficiosa para la piel y los ojos, vitamina C con propiedades antioxidantes, y potasio que es bueno para los riñones.
En verano estamos más activos en parte porque los días son más largos. Tras la jornada laboral seguro que sueles desconectar practicando algún deporte. Si haces ejercicio con frecuencia ya sabrás que el plátano, rico en carbohidratos y fibra, es la fruta preferida para reponer energía. Tanto el potasio como el magnesio que posee contribuyen a prevenir los calambres musculares asociados a la deshidratación.
El agua, la bebida perfecta
Las necesidades individuales de agua de cada persona están condicionadas por varios factores como el clima del lugar de residencia, la edad y el peso, el nivel de actividad y el estado de salud. Por lo general, se calcula que un adulto debería ingerir entre 30 y 40 mililitros de líquido por cada kilogramo de peso.
En cualquier caso, existen personas que aun siendo conscientes de su importancia no llegan a los mínimos recomendados. La deshidratación puede comenzar a hacer acto de presencia con síntomas como ligeros mareos y calambres. Presta atención para evitar males mayores.
Por otro lado, teniendo en cuenta que en verano solemos hacer más vida social, se recomienda moderar el consumo de refrescos, zumos industriales y bebidas energéticas ya que son hipercalóricas y contienen mucho azúcar.
Las bases que nunca fallan
Porque la salud no entiende de estaciones, hay una serie de indicaciones que nunca fallan para llevar una dieta saludable.
- Consumir diariamente frutas, hortalizas, verduras, patatas, pan y cereales.
- Comer legumbres al menos 2 veces a la semana.
- Convertir el aceite de oliva en la principal grasa (saludable) de tu dieta.
- Aficionarte a los productos lácteos ya sea leche, yogures o quesos bajos en grasa.
- Priorizar la carne magra (sin mucha grasa) sobre las carnes grasas (rojas, embutidos).
- No abusar de la sal.
- Beber al día unos dos litros de agua
- Moderar el consumo de dulces, pasteles y bollos (sobre todo industriales), así como de alimentos procesados y comida rápida.
- Evitar el alcohol.