Las altas temperaturas traen consigo una ligera apatía que hace que las tareas más ligeras se nos hagan cuesta arriba. Este hecho, sumado a la desconcertante primavera que hemos tenido habiendo estado confinados, puede tentarnos a estar sin hacer nada y tumbarnos directamente en el sofá. Malgastar el tiempo nos hará sentir culpables así que estas próximas semanas proponte no hacerlo.
Aprovecha el tiempo y ¡diviértete!
¿Cuántas veces nos quejamos de que nos falta tiempo? Levántate y ponte manos a la obra. Necesitas tiempo para descansar pero también para vivir distintas experiencias, aprender cosas nuevas y sentirte mejor. A continuación te proponemos varias ideas para que tu tiempo dé más de sí.
Levantarse pronto
Aunque a priori resulte tentador, remolonear en la cama retrasando el momento de levantarnos no nos ayuda a estar más despiertos; más bien todo lo contrario ya que tardamos más tiempo del debido en activarnos.
Despertarse y hacer unos ligeros estiramientos ayuda a reactivar cuerpo y mente. Asimismo, beber agua es muy recomendable para activar el organismo y reponer los líquidos perdidos durante la noche.
Salir de casa
Tras estas semanas enclaustrados aprovecha el momento y sal. Sal de paseo, ve de compras, sal al campo, haz ejercicio, date un chapuzón en la piscina, haz excursiones, sea lo que sea, pero sal ahora que podemos hacerlo. Tu ánimo, tu piel y humor te lo agradecerán.
Descubrir la oferta cultural de tu ciudad
En estos momentos en que somos prudentes y preferimos no hacer desplazamientos largos, es buen momento para redescubrir tu ciudad. Infórmate y aprovecha su oferta cultural para este verano. Descubrir y aprender es realmente motivador, eso sí, siempre con mascarilla.
Dedícate a tu afición preferida
Por fin puedes dedicarle tiempo a esa actividad que tanto te gusta sin sentirte culpable. Pintura, baile, fotografía, deporte, cocina… lo que sea ¡disfrútalo!
Aprende algo nuevo
Piensa en aquello que siempre has deseado aprender. Puede ser cocinar, tocar un instrumento musical, un idioma, historia del arte, fotografía, programas de edición de imagen… O quizá lo que necesites no sea aprenderlo desde cero sino reforzar ciertos conocimientos como tu nivel de inglés, algún programa informático o habilidades similares.
Puedes hacerlo online o presencialmente, con lo que además conocerás gente distinta con las que compartes algo en común.
Desconectar lo justo
Si durante todo el año te preocupas por tu salud y practicas ejercicio físico ¿por qué dejarlo en verano? Es cierto que el calor, el cambio de rutinas, la singularidad del presente verano (mascarillas incluidas) pueden tentarte a hacerlo. Repasa tus motivos para vencer la pereza, intenta que tu entrenamiento sea lo más entretenido posible previniendo el aburrimiento y la monotonía, evita las horas centrales del día, participa en alguna competición popular y, sobre todo, sé realista y prudente con el calor.
¿Y si trabajas?
Si aún no tienes vacaciones, probablemente la pereza prevacacional haga acto de presencia durante la jornada laboral, más aún si teletrabajas. Si bien sus efectos no suponen mayores complicaciones y desaparecen a corto plazo, en algunos casos pueden ocasionar distracciones y pérdidas de tiempo que podrían ser evitables. Algunos sencillos gestos para combatirla son:
Controlar la temperatura ambiente
Como hemos visto anteriormente, el calor es el principal responsable de las distracciones a la hora de concentrarse para trabajar. Mantener una temperatura agradable te permitirá trabajar fresco y concentrado. De igual manera, si en verano se utiliza el aire acondicionado, habrá que vigilar que la temperatura no se reduzca en exceso.
Dividir las tareas
Las metas excesivamente grandes suelen desmotivarnos. Por ello, se aconseja trazar un camino con distintas etapas que culminarán con la consecución del objetivo. En esta división se deben crear fases que incluyan la descripción de tareas, los plazos a cumplir y recompensas para las etapas finalizadas.
La regla del 5
Si posponemos demasiado el momento de hacer algo, hay muchas posibilidades de que no lo hagamos. No lo pienses ni les des más vueltas sobre si puede hacerse más tarde o no. Cuenta hasta 5 y actúa. Si cortamos el razonamiento, prevalecerá el motivo inicial y recuperaremos la energía suficiente para salir de la inactividad.
Tres minutos
Si estimas que la tarea pendiente va a llevar menos de 3 minutos, hazla en ese mismo momento. Posponerla implica un esfuerzo real mucho mayor. Estos tres minutos son aplicables a actividades como leer emails, contestar mensajes o realizar llamadas telefónicas importantes. Las pequeñas tareas no suelen apuntarse con lo que corres el riesgo de que se te olvide.
Ordenar el espacio
Cuando se comienza a sentir cansancio visualizar el entorno ordenado proporciona sensación de seguridad que a su vez aumenta la productividad y la atención en el trabajo realizado.
Evita la culpabilidad
Aunque solemos percibirla como tal, la pereza no es sinónimo de debilidad. Más bien es la consecuencia de una falta de energía que puede ser solventada reforzando los pequeños pasos y recuperando el enfoque en cada meta. La pereza se retroalimenta de sentimientos negativos. Por eso, si ya te has dejado llevar por ella, destierra la culpabilidad y haz borrón y cuenta nueva. Céntrate en la tarea y comienza de nuevo sin volver a caer en lo mismo.