Por qué estar siempre conectados puede reducir nuestra productividad

Vivimos en un mundo obsesionado con la tecnología. De media, consultamos nuestros teléfonos móviles 85 veces al día. De hecho, hay personas que es lo primero que hacen nada más despertarse.

Esta híper conexión, obviamente, ha afectado la manera en la que operan los negocios. Los empleados pueden responder llamadas o e-mails 24 horas al día, 7 días a la semana.

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Puede parecer que la posibilidad de estar siempre conectados y disponibles mejora la productividad de los trabajadores, pero la realidad es bien distinta debido a las consecuencias y los efectos negativos que la híper conexión tiene en su salud mental y física.

Impacto de la híper conexión en la salud mental

Esta cultura del “estar siempre pendientes” nos conduce a obsesionarnos por chequear constantemente los mensajes y responderlos al instante. Así, aquellos que padecen esta especie de “tele-presión” no son capaces de diferenciar entre el horario laboral y el horario que debería estar destinado a uno mismo.

La presión por responder rápidamente los mensajes, sea el horario que sea, es una de las mayores fuentes de auto-culpabilidad, afectando al equilibrio entre la vida laboral y personal. Esta incapacidad para desconectar puede llevarnos a padecer un mayor riesgo de padecer ansiedad, estrés e insomnio.

– Una encuesta realizada por la Fundación de la Salud Mental también descubrió que:

– 1 de cada 3 personas se siente infeliz por el tiempo de dedican al trabajo

– El 40% de los trabajadores descuidan otros aspectos de su vida a causa del trabajo

– Tras largas jornadas de trabajo, el 27% de los encuestados se siente deprimido, el 34% ansioso y el 58% irritable.

¿Las consecuencias? El síndrome burnout.

Impacto de la híper conexión en la salud física

Estar siempre conectados también puede afectar a nuestra salud física. Mucha gente también usa el tiempo de viaje al trabajo o vuelta a casa como una extensión de su jornada laboral. Aunque este puede parecer un uso productivo del tiempo, estar frente a una pantalla durante mucho tiempo, bien sea de ordenador o de móvil, puede provocar estrés ocular. Los síntomas del estrés ocular pasan por los ojos llorosos, dolores de cabeza, de cuello o de espalda.

Además, otros problemas derivados de estar constantemente delante de una pantalla son dolores de cuello, espalda que pueden conducir a numerosos desórdenes musculoesqueléticos.