¿Qué diferencia a un empleado clave?

Uno de los pilares fundamentales sobre los que se apoya el crecimiento de cualquier empresa son sus empleados. Pero no empleados cualquiera sino aquellos empleados clave para su desarrollo. Hoy en día, la retención del talento es una de las grandes preocupaciones de aquellos que dirigen equipos. Encontrar un trabajador cualificado profesionalmente, saber ubicarlo en la posición correcta y motivarle de manera adecuada para que ponga su maquinaria de talento a disposición de la empresa son tareas indispensables para el desarrollo de cualquier negocio.

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Atraer el talento, desarrollarlo y evitar que esos empleados sufran el síndrome burnout. No parece sencillo.

Un empleado clave es aquel cuyo nivel de desempeño es excelente y su potencial y competencias son difíciles de reemplazar. Para pasar de ser un trabajador más a ser un empleado clave, basta con volverse imprescindible. Hoy en día, los despidos, expedientes de regulación de empleo, las reconversiones forzosas, etc. parecen demostrar que, a la larga, todos somos prescindibles pero lo cierto es que las personas somos únicas e irrepetibles y tenemos que hacer de nuestro talento nuestro mayor valor. Tenemos que orientarnos a cumplir objetivos, no tareas. Aportar nuestro propio valor, nuestras propias ideas, saber trabajar de forma individual para saber trabajar en equipo.

Por su parte, las empresas también deben poner de su parte para que los empleados clave se comprometan con su causa y la hagan suya. Para retener el talento, el salario es un factor decisivo pero, indudablemente, hay otros aspectos como el desarrollo de carrera, los beneficios sociales o una cultura corporativa vinculada al bienestar que favorecen que los empleados se sientan contentos e integrados con la filosofía de la empresa y, por ende, no quieran marcharse.