Los modelos y esquemas de trabajo han cambiado, y parece ser que para siempre. Se ha pasado de tener trabajos con sueldos fijos y en un único lugar a trabajar con varios clientes. Y es que la figura del autónomo ha cobrado importancia y en la actualidad según un estudio de Infoempleo-Adecco hay 3.100.000 personas dadas de alta así y cuatro millones de empleos relacionados con el trabajo autónomo.
Estas nuevas situaciones se han convertido en fuente de oportunidades tanto para las empresas que pueden tener a profesionales de alto nivel por menos coste fijo, como para esos trabajadores ya que pueden realizar distintos proyectos a la vez. Un escenario donde existan diferentes modelos de empresa, con visiones más objetivas de la verdadera realidad, con profesionales intercambiando sus ideas, etc.
Obviamente esto es la teoría porque la práctica conlleva algo más de tiempo. Un freelance debe hacerse su propia marca, la marca personal, su seña de identidad con la que llegará a las empresas. Hay varios consejos que se pueden seguir para crearla y tomar el camino correcto.
– Se debe hacer la marca personal tanto de manera online como offline. La primera es más fácil por las posibilidades que proporciona Internet pero la segunda también es necesaria y no hay que obviarla.
-¿Cómo será la presentación de mi marca? Se debe pensar los servicios que se van a dar a qué clientes quiero llegar, cuáles serán mis materiales corporativos, posicionamiento en Google, etc. La comunicación sobre uno mismo es esencial.
-Ganar en visibilidad y tener una presencia de marca mayor.
-Los contenidos que generes pueden ser susceptibles de estar en medios de comunicación, pero cuidado, porque el mejor consejo es saber de qué se habla y por supuesto, conocer los medios.
-Incrementar el círculo de influencia. Las redes sociales pueden ser una herramienta valiosa para esta tarea.
