Aumentar la productividad es uno de los principales objetivos de las empresas y para ello cuenta con fórmulas que llevar a cabo. En los últimos tiempos una de las que más éxito tienen y más se utiliza en las compañías es la retribución variable.
Y es que los expertos en la materia exponen que implementar los salarios flexibles en la empresa conlleva varios objetivos entre los que podemos citar la mejora del nivel de rendimiento de sus trabajadores y el refuerzo del compromiso con el proyecto en el que están metidos. Este complemento al sueldo fijo es positivo tanto para las organizaciones como para las plantillas.
A la hora de elegir este sistema, la empresa ve con claridad que uno de los objetivos principales que se consigue son la flexibilidad de costes, es decir, el empleado solo incrementa su retribución cuando la empresa alcance los resultados esperados y la motivación para que se consigan resultado como el crecimiento de las ventas o el incremento de la calidad.
Y cómo funciona esto, por dónde empezar. Las empresas que quieran implantar esta fórmula deberá saber que hay distintos tipos de retribución variable. Entre los más conocidos están los bonos, las primas y los incentivos. Cada una tiene un objetivos y unas características y será la compañía quien deberá analizar cuál es la que mejor según el sector y la actividad que desempeña y también dependiendo del trabajador al que se le vaya a aplicar porque el sueldo variable tiene condición individual. Esto quiere decir que cada caso es particular.
Solo hay algo en común para todas las estrategias de retribución flexible. La motivación al trabajador. Gracias a esto se aumenta el grado de compromiso y el nivel de esfuerzo. De ahí que salgan ganando ambas partes. La filial española del grupo Up ofrece este y otros productos para conseguir la motivación del trabajo y por lo tanto la consecución de los objetivos y planes.
Fuente: muypymes.com
Foto: camarahispanobielorrusa.com