Si hay algo que mata nuestra productividad, eso es la multitarea. Pero además, no solo acaba con nuestra productividad sino que, a largo plazo, provoca efectos negativos en nuestro cerebro. Por eso, es muy importante que comiences a practicar el single-tasking. Tu cerebro te lo agradecerá y serás mucho más productivo.
Pero, ¿qué es el single-tasking? Es el arte de dedicarte a una tarea, minimizando las posibles interrupciones hasta que esta esté terminada.
Estudios demuestran que las personas que practican la multitarea de manera crónica pueden ver reducida la densidad de su materia gris en el cortex del cíngulo anterior del cerebro, área relacionada con la empatía y el control emocional.
Cuando practicas la multitarea, en realidad no estás haciendo varias cosas a la vez, sino que tu cerebro está cambiando la atención rápidamente de una actividad a otra. Y así, al final, lo único que consigues es matar la productividad, que puede verse reducida hasta en un 40%.
¿Qué debes hacer para tener una mentalidad single-tasking o mono-tarea? Toma nota de los siguientes consejos:
Trabaja en profundidad. Para combatir la multitarea debes trabajar tu capacidad de trabajar en profundidad, desempeñar tareas que requieran una alta concentración en una sola cosa. Trabajos que requieran mucho conocimiento y que tengas de desarrollar muy concentrado durante un largo período de tiempo. Resérvate cada día de 2 a 4 horas en las que puedas trabajar realmente concentrado y con profundidad en una tarea. Sin distracciones, ni e-mails, llamadas de teléfono o conversaciones con compañeros. Esta es una excelente forma de entrenar el single-tasking.
Identifica tu período de mayor productividad. Todos tenemos un momento del día en el que estamos en nuestras cotas más altas de productividad. Para algunos es por la mañana y para otros por la noche, en cualquier caso, es importante que conozcas tu momento de mayor productividad.
Elimina las distracciones. El single-tasking no se trata tanto de concentrarse en un objetivo como de eliminar las distracciones que te impiden alcanzar el objetivo. A veces, en nuestro deseo de ser más productivos, nos marcamos 10 tareas en nuestra lista que quehaceres diarios. Al final del día, si no hemos conseguido llevarlas a cabo, nos sentiremos desanimados y desmotivados. De esa lista, ¿son todas tan importantes como parecen? Es mejor que te centres en las dos realmente importantes, eliminando todas aquellas superfluas que lo único que van a conseguir es hacernos sentir mal si no las acabamos.
Planifica tus momentos para no hacer nada. No debes aplicar el single-tasking solo al trabajo, sino también a tus momentos de ocio. En ocasiones, estamos pensando en tareas del trabajo cuando estamos con los amigos o la familia y deberíamos estar concentrados en disfrutar de ese momento. Normalmente planificamos nuestra agenda desde que nos levantamos hasta que nos acostamos con todo lo que tenemos que hacer, pero nos olvidamos de dejar un espacio en blanco para no hacer absolutamente nada. Es necesario dar un respiro al cerebro y hacerlo nos permitirá retomar el trabajo con energías renovadas y una perspectiva renovada. Reserva entre 1 y 2 horas de tu día para hacer una actividad que reduzca tu estrés y vacíe tu mente.