síndrome de burnout

Síndrome de burnout: qué es, síntomas, causas y prevención

El síndrome de burnout puede parecer un concepto moderno, pero su origen se remonta a la década de 1970, cuando fue descrito por primera vez. Este síndrome agrupa una serie de síntomas relacionados con el trabajo, que suelen presentarse en personas sin antecedentes de trastornos psicológicos o psiquiátricos. Se trata de un síndrome silencioso, ya que quienes lo padecen muchas veces no son conscientes de ello. Aunque sus síntomas son comunes, identificar el síndrome de burnout puede ser complicado, lo que dificulta tanto su detección como su tratamiento.

Generalmente, surge cuando existe una discrepancia entre la expectativa e ideales del empleado y las exigencias reales de su puesto. En sus primeras etapas, se manifiesta con estrés emocional y una creciente desilusión hacia el trabajo.

Pero hay muchos más. Sigue leyendo para aprender a identificar este síndrome y cómo minimizar sus efectos.

¿Qué es el síndrome de burnout?

El síndrome de burnout surge en entorno laboral donde se combinan varios factores que contribuyen a su aparición. Es un estado mental que resulta del estrés prolongado, no resuelto, afectando negativamente tanto el trabajo como la vida personal.

Para quienes ocupan altos cargos o roles de liderazgo, el burnout tiende a volverse crónico. El rol de un líder reúne todas las condiciones para desencadenar este síndrome: se espera estar siempre disponible, tener un conocimiento sólido, mostrar energía constante y mantenerse firme, sin importar las circunstancias. Cada día se convierte en un ciclo interminable de trabajo, atendiendo las necesidades y consultas del equipo, sin tiempo para uno mismo.

El burnout es cada vez más común en oficinas y está convirtiéndose en una seria amenaza para la retención del talento.

Causas del síndrome de burnout

Como hemos visto, el síndrome de burnout es el resultado de una acumulación gradual de emociones negativas hacia la carrera profesional, manifestándose en fatiga, irritabilidad, enfado y resentimiento hacia los superiores.

A continuación te explicamos las principales causas que conducen a los empleados a este estado:

Exceso de carga de trabajo

Las largas jornadas y el exceso de tareas pueden ser sostenibles por periodos cortos, pero cuando se convierten en la norma, el riesgo de burnout aumenta. Cuanto más tiempo dedica un empleado al trabajo, menos tiempo tiene para atender sus propias necesidades. La falta de descanso provoca fatiga, que a su vez puede llevar a depresión, dolores de cabeza, irritabilidad y aumento de la presión arterial.

Además, este agotamiento puede generar apatía y letargo, llevando a la persona a recurrir a fuentes de energía poco saludables, como comida rápida o café en exceso.

Mala gestión

Aunque algunas personas altamente capacitadas pueden ver el exceso de trabajo como un reto, incluso los más ambiciosos pueden caer en el burnout cuando la carga de trabajo viene acompañada de una gestión deficiente, tanto a nivel administrativo como interpersonal.

Aprender a detectar las fases iniciales del burnout es crucial para evitar que los empleados lleguen al límite sin que pueda intervenir a tiempo. Existen dos factores clave que suelen desencadenar el burnout:

Mala gestión administrativa

Frecuentes reorganizaciones y cambios en las políticas de la empresa obligan a los empleados a adaptarse continuamente. Estos son algunos indicadores:

  • Falta de recursos adecuados.
  • Demasiadas personas haciendo el mismo trabajo.
  • Empleados infrautilizados o sobrecargados con demasiadas responsabilidades.

Mala gestión del personal

La adecuada gestión del capital humano es esencial para mejorar el rendimiento y minimizar el burnout. Una gestión deficiente puede hacer que los empleados pierdan interés o lealtad hacia la empresa. Algunos signos de mala gestión del personal son:

  • Ambiente de trabajo hostil.
  • Falta de comunicación efectiva.
  • Ausencia de incentivos y reconocimiento.
  • Sobrecarga de trabajo sin compensación.
  • Inestabilidad e inseguridad laboral.

Síntomas del síndrome de burnout

Este síndrome puede presentarse, al igual que el estrés, de formas distintas en cada persona, dependiendo de sus circunstancias laborales. Aunque comúnmente se asocia con el agotamiento emocional, el burnout también puede impactar negativamente la salud física y la calidad de vida en general. A continuación, se detallan algunos de sus síntomas más habituales:

Agotamiento mental

  • Sensación constante de desgaste metal.
  • Miedo o rechazo al ir al trabajo.
  • Actitud cínica frente a las tareas laborales.
  • Irritabilidad o enojo mientras trabajas.
  • Perdida de motivación e interés.
  • Sentirse incapaz de asumir nuevos retos.
  • Tendencia a procrastinar sin poder evitarlo.
  • Falta de compromiso o indiferencia.

Agotamiento físico

  • Fatiga constante, acompañada de falta de energía.
  • Estrés y ansiedad prolongados.
  • Dificultad para dormir o descanso insuficiente.
  • Aparición frecuente de problemas de salud, como dolores de cabeza, resfriado o trastornos más seros como ansiedad o depresión.

Agotamiento emocional

  • Sensación de agotamiento emocional extremo.
  • Irritabilidad o cinismo en el trabajo.
  • Sentimientos repentinos de aversión hacia el empleo.
  • Desesperanza relacionada de no poder afrontar nuevos desafíos.

Reconocer estos síntomas es clave para prevenir que este síndrome afecte tanto tu vida personal como profesional, y es crucial actuar a tiempo para reducir sus consecuencias.

Las 5 fases del síndrome de burnout

Este síndrome burnout se desarrolla a través de fases reconocibles que muchos experimentan en su vida labora. ¡Presta atención!

Fase inicial o dulce

Al iniciar una nueva tarea o puesto de trabajo, suele experimentarse una gran satisfacción, compromiso, energía y creatividad. En esta etapa, comienzas a asumir responsabilidades y a enfrentarse a las primeras tensiones del trabajo, respondiendo de manera positiva.

Fase del estancamiento

Con el paso del tiempo, el trabajador se enfrenta a nuevas exigencias y retos que desafían su capacidad. En esta etapa, empiezan a surgir dudas sobre su habilidad para manejar estas demandas de manera adecuada, lo que provoca sentimientos de estrés y ansiedad.

Fase de frustración

En esta etapa, el síndrome de burnout empieza a hacerse más notorio. La frustración domina al individuo, mientras la motivación inicial se va desvaneciendo. El trabajador puede sentirse sobrepasado por las demandas laborales y comenzar a tener problemas para mantener su nivel de rendimiento.

Fase de apatía

En esta etapa, el trabajo pierde su sentido y valor. La persona siente una profunda falta de satisfacción profesional y empieza a distanciarse emocionalmente de sus responsabilidades. Esto se traduce a una notable disminución de la productividad y un claro desinterés por las tareas laborales.

Fase de burnout

Esta es la fase más severa, donde el desgaste mental y emocional alcanza su punto máximo. La persona puede sufrir un colapso total, manifestando síntomas físicos y emocionales graves. En este estado es común que el trabajador se ausente del trabajo o busque un cambio drástico en su situación laboral para intentar recuperarse.

Identificar estas fases y tomar medidas a tiempo es importante para enfrentar el síndrome de burnout de manera eficaz. Los líderes de equipo y profesionales de recursos humanos juegan un papel fundamental.

Consejos para empresas y empleados para la prevención del síndrome

Minimizar la aparición de burnout es cosa de dos, ¿qué puede hacer la empresa o el líder?

Prevención burnout – empresa

A la empresa no le conviene que sus empleados estén “quemados”, por lo que es crucial tomar medidas para prevenir el síndrome de burnout. ¿Cómo se puede lograr esto?

Escucha activa

Es esencial que los empleados se sientan escuchados. Idealmente, debería haber una comunicación fluida entre el empleado y su superior a diario. Sin embargo, las demandas diarias y la carga de trabajo a menudo dificultan esta comunicación, y los empleados pueden sentirse ignorados.

Cuando comienzan a aparecer signos de burnout, es importante reunirse con el empleado afectado y escuchar sus problemas. Algunas soluciones pueden ser simples, mientras que otras pueden ser más complejas. La clave está en mantener una actitud de escucha activa.

Herramientas adecuadas

Nada es más frustrante que trabajar con herramientas inadecuadas. Un equipo deficiente afecta tanto la calidad del trabajo como la productividad, y si los superiores no reconocen estas deficiencias, los empleados sentirán que la empresa no está dispuesta a facilitarles el trabajo.

La frustración con las herramientas de trabajo puede ser uno de los primeros síntomas del burnout. Mejorar el equipamiento puede aliviar significativamente el estrés laboral. No subestimes la importancia de proporcionar las herramientas adecuadas.

Imparcialidad

El trato parcial, como promociones o reconocimientos basados en favoritismos, puede causar una sensación de desigualdad entre los empleados. La falta de equidad en el trato puede ser una de las principales causas del burnout.

Opiniones de los empleados

Es fundamental considerar las opiniones de los empleados. Escuchar sus propuestas y hacer que se sientan involucrados en el proceso de toma de decisiones es crucial. Si los empleados sienten que sus opiniones no son valoradas, pueden desmotivarse y eventualmente sufrir burnout.

Reconocimiento

Todos queremos sentirnos valorados y reconocidos. El reconocimiento de los logros por parte de un superior tiene un gran impacto en la motivación de los empleados. Un simple gesto de reconocimiento puede tener muchos beneficios y fortalecer el compromiso de los empleados con la empresa.

Prevención burnout – empleado

El ambiente de trabajo es tan importante como las acciones que tomamos para cuidar de nosotros mismos cuando se trate de evitar el estrés.

Existen actividades y consejos sencillos que puedan marcar una gran diferencia en la prevención del burnout:

Planifica actividades con amigos

¿Cuándo fue la última vez que saliste a divertirte? Organiza una cena, ve al cine o planifica un viaje. Pasar tiempo con personas fuera del entorno laboral es una excelente forma de desconectar y disfrutar.

Hacer ejercicio

Sin duda, uno de los métodos más efectivos para combatir el burnout. Además de los evidentes beneficios físicos, el ejercicio mejora el estado de ánimo y la salud mental, proporcionando una poderosa herramienta contra el estrés.

Realizar pausas durante la jornada laboral

Es recomendable hacer pequeñas pausas cada 90 minutos de trabajo. Si esperas a detenerte cuando ya estás agotado, tu productividad caerá drásticamente. Planificar descansos periódicos ayuda a mantener la eficiencia y los niveles de energía deseados. No olvides también aprovechar la pausa para comer, un momento ideal para recargar fuerzas.

Dedicar tiempo al descanso

Reservar al menos 30 minutos al día para un activador que te relaje: leer, practicar yoga, pasear o escuchar música. Estas pequeñas pausas para el bienestar mental tienen un impacto positivo en tu productividad y estado anímico.

Diferencia entre el estrés y el burnout

Aunque el burnout puede ser el resultado de un estrés constante, no son lo mismo.

El estrés se caracteriza por una sensación de “demasiado”: muchas presiones que demandan esfuerzo tanto físico como mentalmente. Las personas estresadas suelen creer que, si logran controlar la situación, podrán sentirse mejor.

Por otro lado, el burnout se asocia con sentirse vacío y mentalmente agotado, sin motivación. Quienes lo padecen a menudo no ven una salida ni esperanza de cambio en su situación.

 

Estrés Burnout
Implica un exceso de compromiso. Se caracteriza por la desconexión.
Las emociones se amplifican. Se siente confusión y embotamiento.
Genera urgencia e hiperactividad. Produce desamparo y desesperanza.
Puede derivar a trastorno de ansiedad. Conduce a desapego y depresión.
Pérdida de energía. Pérdida de motivación, ideales y esperanza.
El principal daño es físico. El principal daño es emocional.

El síndrome de burnout puede desarrollarse de manera silenciosa, y cuando no se aborda a tiempo, sus síntomas pueden acumularse, afectando tanto el bienestar individual como el de todo el equipo. La clave para prevenir es la detección temprana y una adecuada gestión de recursos.

Implementar herramientas de gestión que permitan monitorear la carga laboral y la capacidad productividad de cada miembro del equipo es fundamental. Redistribuir tareas de manera eficiente no solo ayuda a prevenir el burnout, sino que también garantiza que el trabajo se realice de manera óptima y en el momento adecuada. Prioriza el equilibrio y el bienestar de los empleados, es esencial para mantener un entorno de trabajo saluda y productivo.