Desde la mañana hasta la noche, durante el fin de semana e incluso en vacaciones. A veces, las horas dedicadas al trabajo no tienen límite llegando a convertirse en una adicción pero, ¿dónde está el límite entre la obligación y la adicción? ¿Cómo identificar si eres un adicto al trabajo?
Veamos algunos comportamientos que pueden ser indicios de una adicción al trabajo:
1. Incapacidad para delegar tareas
2. Necesidad de tener un control excesivo
3. Malestar cuando los resultados no son los esperados
4. Dificultad para relajarse
5. No saber decir no, no puedo o no sé
La adicción al trabajo presenta síntomas que afectan tanto a nivel cognitivo (ansiedad, irritabilidad, preocupación por el rendimiento, agobio) como a un nivel más físico (estrés, dolor de cabeza, tensión muscular, insomnio, afecciones gástricas o cardíacas).
Trabajar más de 10 horas diarias, llevarse tareas a casa y no descansar los fines de semana no es bueno para nadie. Ni para el trabajador, ni para la empresa. El exceso de trabajo afecta al cuerpo a la mente y, a la larga, todo aquel que padezca este tipo de adicción acabará viendo mermada su salud, su capacidad creativa, su rendimiento individual o su capacidad de decisión.
El adicto al trabajo tiende a negar su problema ya que el trabajo intenso está bien visto, favoreciendo que se prolongue este tipo de comportamientos. Ojo, no siempre trabajar en exceso y ser un entusiasta de lo que uno hace implica una adicción al trabajo. El límite podría establecerse en la respuesta a esta pregunta: ¿Sabes desconectar en tu tiempo libre? Puede que no dispongas de mucho tiempo de ocio pero, si el que tienes lo aprovechas y disfrutas al máximo, no padeces este tipo de adicción. El problema aparece cuando se descuidan otras parcelas de la vida, tan importantes como el trabajo para gozar de una buena salud. Los adictos al trabajo descuidan su vida en pareja, no salen con sus amigos y tienen una vida social prácticamente nula. Y lo que es peor, no les importa porque ese tiempo es tiempo que invierten trabajando.
Para ser productivos y tener el rendimiento deseado en el trabajo es muy necesario mantener un equilibrio entre la vida profesional y personal. Descansar, hacer deporte, practicar aficiones y disfrutar de familia y amigos son actividades fundamentales para brillar en el trabajo.
