La música está en todas partes. En la radio, en Internet, en la televisión o en los pasillos del metro. Quizá seas de las personas que escucha música en la ducha, mientras desayuna o de camino al trabajo. Sea como sea, lo que está claro es que la música mejora la productividad y es una gran herramienta de ayuda en el trabajo.
En las empresas actuales, los espacios cerrados e individuales son minoritarios. La mayor parte de las oficinas cuenta con espacios abiertos en los que los trabajadores trabajan juntos. Esto favorece la comunicación y el desarrollo de la inteligencia colectiva pero, sin embargo, algunas oficinas colectivas se convierten en auténticas cajas de resonancia con ruidos variados: los teclados, el mobiliario, conversaciones de otros compañeros… Todos estos sonidos en un mismo espacio pueden ser nefastos para la concentración y la productividad de algunos trabajadores.
De la misma forma que los espacios colectivos son cada vez más frecuentes en las empresas, también lo es la música. Los auriculares son comunes en las mesas de los trabajadores, ayudándoles a aislarse cuando lo necesitan. La música se convierte entonces en una herramienta de ayuda para desempeñar su trabajo.
No importa el sector en el que trabajemos, la música tiene ventajas para la productividad inimaginables hace unos años.
En un espacio abierto, ¿cuáles son las ventajas de trabajar escuchando música? ¿Qué es lo que la música nos permite mejorar en la oficina?
1. La música modifica la percepción del espacio de trabajo. Desde el momento en el que le das al Play, los molestos ruidos dejan sitio a armonías y melodías menos agresivas para el sistema auditivo. La música nos traslada a un universo sonoro que podemos modificar según nuestra voluntad. Universo musical que nos ayuda a centrarnos plenamente en nuestro trabajo y habitar nuestro espacio de trabajo como un lugar más agradable.
2. La música como fuente de inspiración. La música amansa las fieras. Esto no es solo un proverbio popular. Está demostrado que escuchar música reduce los niveles de estrés y ansiedad. Y cuando uno está relajado y más tranquilo fluye mejor la inspiración. La música nos ayuda a relajarnos, inspirarnos y abrir nuestra mente hacia nuevas soluciones.
3. La música como estimulante. El impacto de la música sobre las emociones es tal que puede estimular el cerebro y los sentidos. Los ritmos de cada pieza se convierten en verdaderos motores para la secreción de dopamina, la hormona de la alegría.
4. La música desarrolla nuestras capacidades. Escuchar música nos permite despertar zonas de nuestro cerebro ligadas a la memoria. Sin que te des cuenta, la música pone tu cerebro alerta y lo mantiene en este estado durante toda la pieza.
La música es una gran herramienta de ayuda para la productividad, siempre y cuando se sigan algunas reglas. Por ejemplo, mejor la música instrumental. Es preferible escoger canciones que ya se conozcan y buscar un tipo de música diferente en función del trabajo que se esté desarrollando. Y cuando se escucha música en el trabajo, también es importante acordarse del botón de Stop. De la misma forma que hay momentos en los que la música puede ayudar a la productividad, hay tareas que sí o sí deben ser llevadas a cabo en el más estricto silencio.
Un buen uso de la música mejorará, sin duda, la productividad de tu equipo de trabajo.